quarta-feira, 26 de setembro de 2012

MARINEROS DE TIERRA

Lindo texto escrito por el Tatu (Esteban Feune de Colombi), protagonista de POR EL CAMINO, acerca de nuestro rodaje (Publicado en la revista Galera)


MARINEROS DE TIERRA
Elegimos el vestuario en hoteles o en baúles de autos prestados y nos rendimos ante la irrisoria bipolaridad del clima. Vigilamos que no creciera el pelo, que no se tostara la piel, que no fallaran los micrófonos, que los cholulos no miraran a cámara, que no se infartaran los despertadores, que nos creyeran. Nos hicimos amigos de los playeros, de los hippies, de los camperos, de los perros vagabundos, de los soñadores, de las mozas, de los chetos, de los megalómanos, de los frustrados, de los angurrientos, de los locos. También, nos hicimos amigos entre nosotros (amigos, confesores, críticos y detractores). Miramos el mar de costado, de frente, desde abajo y desde arriba; incluso, adivinamos el derrotero del mar cuando ya era océano y presagiamos –nosotros, marineros de tierra– su furor o su mansedumbre. Nos inventamos: fue la única forma que encontramos de atarnos el uno al otro aunque sea de manera precaria: yo te ato, él me ata, nosotros nos atamos. Si hubo mapas, los usamos para saber adónde no iríamos; aun así, nos perdimos. Manejamos por las rutas de un país cortito, pero de aliento largo; manejamos de Este a Oeste y de Norte a Sur; manejamos, incansables y curiosos, por caminos sin nombre y por hombres sin camino; manejamos por Santiago de Cuba, por Biarritz, por Río de Janeiro y por Montana, pero estábamos en Uruguay; manejamos sin épica, ¿eh?, hablando varios idiomas a la vez, como si uno solo, el nuestro, no bastara para decir o desdecir. Escuchamos a Jaime Roos, a Rufus Wainwright, a Marisa Monte, a Sean Lennon, a Kate Bush, a Jeff Buckley y a Caetano Veloso. Comimos brótola, chivitos, especiales de jamón y queso, churros y tortas de fiambre. Tomamos Pilsen, clericós camuflados y mucha Salus. Brindamos con extraños. Festejamos Navidad, Año Nuevo y Reyes. En un santiamén, aprendimos el mágico arte de armar y desarmar valijas. Creamos imágenes donde quizá sólo había cosas quietas, cosas muertas: chatarras, un puente a medio terminar, una catedral abandonada, un castillo sin fantasmas, un bosque fosilizado. De noche, vimos a John Wayne en la copa de un árbol, a Naomi Campbell en un vestido Chanel y a un chancho en un basurero. Mientras, hicimos una película que aún no lleva título. Aceptamos sugerencias.